sábado, 13 de diciembre de 2014

Recuerdo un texto de Baudelaire donde criticaba a los fotógrafos como servidores de la muerte...y tiene mucha razón en el epiteto. Todos quienes aparecen en alguna foto (si amigo, tu también) están bajo una condena mortal. Nadie se salvara...ni yo aun menos. Esa complicidad con el padre tiempo, ese testimonio sin el cual no habría recuerdo patente de esa fugaz  luz que es la existencia. Quien recuerda a otro ausente sino cuando ve alguna foto perdida. O esa casa antigua que todos olvidaron  renace desde las cenizas al contemplar esa copia arrugada. Cuantos pintores pasan de largo cuando el fotógrafo hace su parada generosa para luego, sin arrugar un musculo, ocupar desvergonzadamente el registro y  llenarse de gloria. Yo he sido servidor de la muerte, pero no un carroñero como otros...


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