No debería
recordar
esos números
perdidos
ni los regalos
crudos
de profesiones
antiguas.
La misma
escena:
casi sobrio y
poseído
un testigo en
pie
exige
descarga.
Una ración
doble
de mentiras
desnudas
de postre
caricias bien frías
bajativo de promesas
añejas
Un débil
segundo basta
un fugaz gesto
sobra
Despáchame
corazón
ya nos vimos
las caras.
La misma risa
plástica
y un sabor a
trasnoche
Nos devuelve
al camino
donde viene el
asco
abrazando esta
rutina.
Antiácidos al
desayuno...
No hay comentarios:
Publicar un comentario